Porque tu gato no quiere comer la comida nueva que le compras (o se la come el primer día y luego la rechaza).

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INTRODUCCIÓN
¿Te ha pasado alguna vez que le ofrece atún de verdad o compras una comida natural, de buena calidad, sin cereales, pensando que por fin has encontrado la ideal para tu gato...y te mira como si le hubieras puesto la suela de un zapato en el plato?
O peor aún: el primer día se la come como si no huebiese un mañana, te ilusionas, compras veinte más… y al día siguiente ya no la quiere ni oler.
Cambiar la alimentación de un gato puede ser realmente desesperante.
No es que sea caprichoso ni que esté manipulándote (bueno, en parte puede ser que sí jeje...a veces creo que tienen que remarcar que ellos son los amos y tu su esclavo...).
En realidad, detrás de ese rechazo hay algo mucho más profundo: la NEOFOBIA FELINA, ese instinto que hace que muchos gatos sientan desconfianza frente a cualquier alimento nuevo.
QUE ES LA NEOFOBIA FELINA
La neofobia alimentaria es el miedo o rechazo a los alimentos nuevos.
Es un mecanismo instintivo de supervivencia: en la naturaleza, probar algo desconocido podía implicar toxinas o enfermedades.
Muchos gatos mantienen este instinto, y por eso rechazan lo nuevo aunque sea “mejor” que su comida anterior.
Pero además de la neofobia, existe algo curioso llamado efecto novedad o NEOFILIA.
Al ofrecer una comida nueva, algunos gatos sienten curiosidad y la prueban el primer día con entusiasmo…
para después rechazarla en cuanto la novedad pierde su atractivo o algo en la textura, el olor o el sabor les resulta diferente a lo que conocen.
Durante las primeras semanas de vida —especialmente entre las 6 y 8 semanas— el gatito crea una especie de “mapa de sabores seguros”. Si en esa etapa solo conoce un tipo de alimento (por ejemplo, pienso seco), es probable que en la adultez rechace todo lo que se salga de esa textura, olor o sabor.
QUÉ DICE LA CIENCIA

Existen varios estudios que abordan esta temática, a continuación te presento una síntesis de los principales:
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Bradshaw et al. (2000, Journal of Nutrition) y el de Houpt (2018, Applied Animal Behaviour Science) confirman que los gatos con una exposición temprana a una dieta variada son más flexibles después. En cambio, una alimentación monótona desde cachorros aumenta la neofobia y dificulta cualquier cambio más adelante.
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Un estudio publicado en Journal of Feline Medicine and Surgery (“Feeding Cats for Optimal Mental and Behavioral Well-Being”) explica que los gatos pueden mostrar preferencia inicial por un alimento nuevo, pero ese efecto es transitorio, especialmente si el sabor o textura no les resulta familiar (Ellis, 2020).
Aunque no haya una única fuente académica que formalice un estándar universal, estas 3 tipologías provienen principalmente de observaciones clínicas y estudios etológicos aplicados al comportamiento felino y aparecen en materiales formativos y divulgativos de instituciones veterinarias y marcas especializadas en nutrición animal.
EL GATO RECEPTIVO:
Es curioso, explora nuevos olores y suele husmear lo que hay en la cocina. Este tipo de gato acepta nuevos alimentos con facilidad, comerciales e incluso ingredientes crudos.
Puede adaptarse rápido a una dieta natural o mixta, siempre que esté clínicamente sano y acostumbrado a comer en horarios.
Consejo: aprovecha su curiosidad para introducir nuevos ingredientes poco a poco. Si ya muestra interés por la carne o el pescado fresco, estás en el mejor punto de partida.
EL GATO CAUTELOSO:
Muestra interés, pero duda. Puede acercarse al plato, oler el alimento y marcharse. En este caso, forzar o cambiar de golpe puede generar una aversión duradera.
La introducción de nuevos alimentos debe ser lenta y positiva, respetando su ritmo y observando posibles reacciones digestivas.
Trucos útiles:
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Ofrece los alimentos nuevos por separado, en pequeñas porciones.
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Añade toppings que le resulten apetecibles (levadura nutricional, yogur natural, caldo de huesos, trocitos de su alimento favorito).
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Juega antes de las comidas para activar su instinto de caza y apetito.

EL GATO DESINTERESADO:
Este grupo es el más desafiante. Son gatos con una impronta alimentaria muy rígida —a menudo criado solo con pienso seco, los "yonkis de las croquetas"— que no muestran ningún interés por otros alimentos.
El cambio aquí puede tardar meses o incluso años, y requiere muuucha paciencia.
Primeros pasos:
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No retires de golpe su pienso. Empieza por introducir alimento húmedo en un plato aparte.
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Varía textura y temperatura (paté, trozos, templado, frío).
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Nunca provoques ayuno prolongado: los gatos son muy sensibles al déficit calórico y pueden desarrollar lipidosis hepática.
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Una vez acepte el húmedo, puedes intentar añadir trocitos mínimos de carne cruda o cocida.
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Otro trabajo (Drivers of Palatability for Cats and Dogs) señala que los gatos combinan neofilia (curiosidad por lo nuevo) y neofobia (rechazo por lo desconocido): se sienten atraídos al principio, pero si el contraste es muy grande con lo que comían antes, lo abandonan rápido (Bermingham et al., 2023).
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Además, el estudio Food Preferences in Cats: Effect of Dietary Composition and Intrinsic Variables encontró que las preferencias alimentarias de los gatos dependen de su experiencia previa, la textura y el contenido nutricional del alimento (Alegría-Morán et al., 2019).
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Y según Vet Times, cuando un gato percibe que un alimento es menos palatable tras varios días, puede desarrollar una aversión duradera, incluso aunque sea saludable (Vet Times, 2019).
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Además, estudios sobre comportamiento alimentario en felinos (Del Amo, 2022) indican que los factores ambientales —estrés, cambios de rutina, tipo de comedero, interacción con el tutor— influyen tanto como la composición del alimento.
TIPOS DE GATOS FRENTE A LA COMIDA Y CÓMO AYUDARLE A MEJORAR SU ALIMENTACIÓN
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TRUCOS RESPETUOSOS PARA MEJORAR LA ALIMENTACIÓN DE TU GATO (SIN CREAR TRAUMAS).
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Crea una rutina: los gatos necesitan previsibilidad. Darle de comer siempre a las mismas horas reduce el estrés y mejora la aceptación.
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Evita dejar comida durante todo el día: la alimentación ad libitum reduce la sensación de hambre y el interés por probar cosas nuevas. Usa comederos automáticos si no estás en casa, ayudan a mantener los horarios.
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Cuida los detalles sensoriales: ofrécele la comida a temperatura ambiente y con una textura similar a la que ya conoce. Los gatos rechazan lo “raro”.
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Juega antes de darle de comer: el juego activa su instinto cazador y mejora el apetito.
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Evita cambios simultáneos: no cambies a la vez la comida, el cuenco y el lugar. Introduce un cambio por vez.
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Estimulalo con algo que le encante: añade levadura natural, yogur, un poco de caldo natural o trocitos de pollo cocido para asociar el nuevo sabor con una experiencia positiva.
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Sé paciente y constante: cada gato tiene su tiempo y forzarlos no ayuda a tener mejores resultados.

CONCLUSIÓN:
La neofobia felina no es un capricho: es un INSTINTO DE PROTECCIÓN.
Entenderla te permite actuar con más empatía, menos frustración y más respeto por la naturaleza de tu gato.
Si te sientes perdido/a en este proceso y quiere mejorar su alimentación hacia una comida más natural, equilibrada y saludable, fundamental para su bienestar, puedo acompañarte en este viaje apasionante.
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BIBLIOGRAFÍA:
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Bradshaw, J.W.S. et al. (2000). The Behaviour of the Domestic Cat. Journal of Nutrition.
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Houpt, K. (2018). Feeding behavior of cats and dogs. Applied Animal Behaviour Science.
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Del Amo, G. (2022). Feeding behavior and neophobia in domestic cats. Animals (MDPI).
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Pinilla Suárez, C. (2024). Elaboración de Dietas para Pacientes Sanos (Parte 1). Curso de Nutrición y Alimentación Felina.
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Ellis, S.L.H. (2020). Feeding Cats for Optimal Mental and Behavioral Well-Being. JFMS.
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Bermingham, E.N. et al. (2023). Drivers of Palatability for Cats and Dogs. Frontiers in Veterinary Science.
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Alegría-Morán, R. et al. (2019). Food Preferences in Cats: Effect of Dietary Composition and Intrinsic Variables. Animals (MDPI).
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Vet Times (2019). Palatability, Feline Food Preferences.
